VEGETAL

Ser vivo que no puede huir, hablar ni quejarse, por lo cual los vegetarianos consideran lícito matarlo y comerlo.

SANGRE

Líquido que, cuando a sus semejantes concierne, al hombre le gusta derramar en abundancia con los más variados pretextos, entre los que destaca el de hacer justicia.
(Entiéndase que hacer justicia consiste en derramar sangre ajena, puesto que si fuesen los otros quienes tratasen de verter la de uno asistiríamos a un caso de injusticia manifiesta).

SUICIDIO

Rescisión unilateral del contrato vitalicio.

PERIODISTA

Individuo que con el pretexto de informarnos quiere convencernos de que el mejor de los mundos posibles es aquel que le conviene al patrón que le paga.

REVOLUCIÓN

Movimiento impulsado por un grupo de personas para conseguir que lo que era de unos cuantos pase a ser de todos [TODOS es uno de los nombres que los revolucionarios suelen darse a sí mismos].

JUSTO

Se dice de todo aquello que nos favorece.

DAMAS Y PERRITOS

Que el perro sea el mejor amigo de algunas mujeres, demuestra que en las relaciones sentimentales hay quien le da más importancia a la lengua que al lenguaje.

CASTIDAD

La Iglesia Católica y la castidad: el caballo que tropieza en sus propias riendas.

HUMOR JUDÍO: LA VACA DE MINSK

Dicen que había un lechero en la vieja Rusia cuya única vaca iba vieja y apenas daba leche, por lo que decidió comprar una nueva vaca. Le aconsejaron que la comprara en Minsk, pues allí podría conseguir un buen ejemplar a un precio inmejorable.
Se fue a Minsk y compró la vaca.
La vaca le salió excelente, ya que producía muchísima leche, por lo que el lechero pensó en comprar un toro para que la dejase preñada y así tener varias vacas lecheras de aquella extraordinaria calidad.
Compró el toro y lo puso junto a la vaca para que la montase, pero entonces le surgió un problema.
Si el toro se acercaba por detrás, la vaca se alejaba hacia adelante. Si el toro se acercaba por delante, la vaca se alejaba hacia atrás. Si el toro se acercaba por la derecha, la vaca se apartaba hacia la izquierda. Y si el toro se acercaba por la izquierda, la vaca se apartaba hacia la derecha.
El lechero, perplejo, decidió consultar con el rabino a ver si este conocía la causa de tan extraña conducta.
El rabino escuchó la historia, reflexionó unos segundos y le dijo al lechero:
—Esa vaca la has comprado en Minsk, ¿verdad?
El lechero quedó sorprendido.
—¿Cómo lo ha adivinado, rabino?
Y el rabino contestó:
—Porque mi mujer es de Minsk y me hace lo mismo.


CAMBIO DE SEXO

La operación más soñada en el ámbito conyugal.