HUMOR JUDÍO: LA VACA DE MINSK

Dicen que había un lechero en la vieja Rusia cuya única vaca iba vieja y apenas daba leche, por lo que decidió comprar una nueva vaca. Le aconsejaron que la comprara en Minsk, pues allí podría conseguir un buen ejemplar a un precio inmejorable.
Se fue a Minsk y compró la vaca.
La vaca le salió excelente, ya que producía muchísima leche, por lo que el lechero pensó en comprar un toro para que la dejase preñada y así tener varias vacas lecheras de aquella extraordinaria calidad.
Compró el toro y lo puso junto a la vaca para que la montase, pero entonces le surgió un problema.
Si el toro se acercaba por detrás, la vaca se alejaba hacia adelante. Si el toro se acercaba por delante, la vaca se alejaba hacia atrás. Si el toro se acercaba por la derecha, la vaca se apartaba hacia la izquierda. Y si el toro se acercaba por la izquierda, la vaca se apartaba hacia la derecha.
El lechero, perplejo, decidió consultar con el rabino a ver si este conocía la causa de tan extraña conducta.
El rabino escuchó la historia, reflexionó unos segundos y le dijo al lechero:
—Esa vaca la has comprado en Minsk, ¿verdad?
El lechero quedó sorprendido.
—¿Cómo lo ha adivinado, rabino?
Y el rabino contestó:
—Porque mi mujer es de Minsk y me hace lo mismo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno!