Le proponía días atrás a la Academia española del cine la creación de un nuevo goya para premiar, como hace el cine francés, la película más taquillera del año. Un pequeño sacrificio para condescender un poco con los gustos del populacho.
Mas, he aquí que la Academia francesa ha considerado este año que una cosa es condescender con el populacho y otra diferente someterse a sus gustos. En consecuencia, ese César del público ya no se le otorga a la película que haya vendido más entradas sino a aquella que los divinos académicos escojan entre las cinco más taquilleras. El poder de decisión ha vuelto de nuevo a la elite ilustrada. Qué alivio!
Debido a tal cambio, este año no ha recibido el César la película más vista, Qu'est-ce qu'on a encore fait au Bon Dieu ?, segunda parte de la también exitosa Qu’est-ce qu’on a fait au Bon Dieu ?, sino Les misérables. Ya lo dice el refrán: bueno es tener amigos hasta en la Academia.
Con todo, hay que reconocer el mérito de la academia francesa al concederle a Roman Polanski el César al mejor director por J’accuse, a pesar del aullar de las jaurías neo maccarthystas.
A estas alturas hay todavía quien no sabe distinguir entre el pintor y el cuadro.
El pintor está sometido a un código penal por el que, según sus acciones, podría terminar en la cárcel. El cuadro está sometido a un código estético por el que puede terminar en un museo, si es bueno, en algún libro de arte, si simplemente es destacable, o en los trasteros del olvido si carece de valor artístico. Pero ni los buenos cuadros de los pintores malvados tienen por qué ir al trastero ni los cuadros malos de los pintores bendecidos por los bienpensantes deben llegar a un museo.
De todo modos, habrá que acostumbrarse porque vamos a tener maccarthysmo para rato.
(Fotograma de J'accuse, con Jean Dujardin)
PARTIDOS ANTIFASCISTAS
Si algunos partidos antifascistas fuesen realmente antifascistas, tendrían que autoatacarse.
PIN PARENTAL
Guerra entre los padres y el Estado para determinar cuál de los dos se arroga el derecho de mangonear el cerebro del niño con el fin de hacer de él una criatura sumisa a las creencias e intereses del vencedor.
SUGERENCIAS PARA LOS GOYAS DE 2021
Creo que la Academia debería crear dos nuevos goyas para la
próxima edición.
Uno, tal como hizo el
cine francés, para premiar la película
más taquillera del año.
Sí, ya sé que sería
rebajarse, pero a veces las divinas elites académicas
deben realizar estos pequeños sacrificios para condescender un poco con el
populacho.
El otro nuevo goya sería
para premiar al mejor actor o actriz
ajeno a la profesión.
Este año, aprovechando
que lo tenían en la sala, se lo hubieran podido conceder a Pedro Sánchez por su magistral interpretación en el debate previo a
las elecciones.
Sería un premio merecido, ya que pocas veces se había
visto algo así en una pantalla.
GOYAS 2020, BOSTEZOS Y PREGUNTAS
La gala de los
Goyas de 2020, en la que estaban presentes grandes actores como Luis Tosar,
Pedro Sánchez o Antonio de la Torre, suscita algunas preguntas.
¿Tan falto de
talento y de talentos anda el actorío español que para presentar su gala ha de
recurrir siempre a alguien de la televisión?
¿Unos
profesionales del espectáculo ignoran que si distancias las filas y las butacas
se crea en el espectador una sensación de frialdad y de vacío?
¿Resulta tan
difícil hacerles comprender a los ganadores que si quieren mucho a su mujer,
a sus hijos, a su mamá, a la criada, a su suegra en top-less y a un domador de
cabras, eso al espectador se la suda y que por tanto esas dedicatorias las
pueden hacer en sus casas y en privado?
Y ya de paso,
¿resulta tan difícil hacerles comprender a los galardonados que los espectadores
tienen algunos conocimientos de biología y que ya saben que si el premiado está
allí es porque ha habido unos padres que lo han engendrado?
Cuando los premiados
en una categoría son más de dos, ¿no se les puede exigir que ejerza de portavoz
uno de ellos y se exprese en nombre de todos?
Y una referencia
a unas frases de Pedro Almodóvar, ese realizador con complejo de termómetro
de la democracia española, que va diciendo por el mundo que en su país ha
habido un golpe de estado, que la democracia ha vuelto a su país (cuando el
pueblo vota a quien Almodóvar quiere) y que su cine demuestra que la democracia
en España es real (lo único que su cine demuestra es que no hay
censura, pero no que haya democracia, ya que es un cine ideológicamente
anodino que se puede exhibir en casi todas partes sin problemas).
Dijo Almodóvar en
los Goya que el cine independiente no puede subsistir sin
ayudas. Hombre, algo que para subsistir DEPENDE de
las ayudas, no puede ser considerado independiente en sentido estricto, puesto
que ser independientes es ser autónomos. El cine que recibe subvenciones se
llama cine subvencionado. El cine que NO recibe subvenciones se llama,
según los casos, cine independiente o cine industrial.
Si menciono la
frase es para formular una última pregunta: ¿Pedro Almodóvar, con su pasado
fiscal, es la persona más apropiada para solicitar que se les pegue un nuevo
sablazo a los contribuyentes españoles con el fin de que financien lo que
él llama cine independiente? (Aclaro que él no pidió que se extorsionase a los
contribuyentes. Usó el eufemismo tener la protección del Estado. Pero,
como se sabe, el Estado no paga nada porque es un intermediario, un proxeneta del contribuyente, que es quien
lo paga todo).
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