Uno, tal como hizo el
cine francés, para premiar la película
más taquillera del año.
Sí, ya sé que sería
rebajarse, pero a veces las divinas elites académicas
deben realizar estos pequeños sacrificios para condescender un poco con el
populacho.
El otro nuevo goya sería
para premiar al mejor actor o actriz
ajeno a la profesión.
Este año, aprovechando
que lo tenían en la sala, se lo hubieran podido conceder a Pedro Sánchez por su magistral interpretación en el debate previo a
las elecciones.
Sería un premio merecido, ya que pocas veces se había
visto algo así en una pantalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario